Liturgia de las Horas Tomo II – Salterio 2ª semana
Santos JUAN DE DIOS rl, José Olallo Valdés rl,
Faustino Míguez pb, Veremundo ab, Félix pb
Papa Francisco: El Evangelio de este segundo domingo de Cuaresma nos presenta la narración de la Transfiguración de Jesús. Se lleva a tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan, y subió con ellos a un monte alto, y allí ocurrió este singular fenómeno: el rostro de Jesús «se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz». Y la aparición de Moisés y de Elías, «que conversaban con él». La "luminosidad" que caracteriza este evento extraordinario simboliza el objetivo: iluminar las mentes y los corazones de los discípulos para que puedan comprender claramente quién es su Maestro. Es un destello de luz que se abre de repente sobre el misterio de Jesús e ilumina toda su persona y toda su historia. Ya en marcha hacia Jerusalén donde deberá padecer la condena a muerte por crucifixión, Jesús quiere preparar a los suyos para este escándalo —el escándalo de la cruz—demasiado fuerte para su fe y al mismo tiempo, preanunciar su resurrección, manifestándose como el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús estaba demostrando ser un Mesías diverso respecto a lo que se esperaba no un rey potente y glorioso, sino un siervo humilde y desarmado; no un señor de gran riqueza, signo de bendición, sino un hombre pobre que no tiene donde apoyar su cabeza no un patriarca con numerosa descendencia, sino un célibe sin casa ni nido. En este tiempo de Cuaresma, contemplamos con devoción la imagen del crucifijo, Jesús en la cruz: ese es el símbolo de la fe cristiana. Que la cruz marque las etapas de nuestro itinerario cuaresmal para comprender cada vez más la gravedad del pecado y el valor del sacrificio con el cual el Redentor nos ha salvado a todos nosotros (12-3-2017). Hoy, 8 de marzo, me gustaría decir que la mujer es quien hace hermoso el mundo, lo cuida y mantiene vivo. Trae la gracia que hace nuevas las cosas, el abrazo que incluye, la valentía de donarse. La paz es mujer. Nace y renace de la ternura de las madres. Por eso el sueño de la paz se realiza mirando a la mujer. La mujer tiene origen cerca del corazón y en el sueño, durante los sueños. Por eso trae al mundo el sueño del amor. Si amamos el futuro si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres (8-3-2019).
Monición única para todas las lecturas
El relato de la vocación de Abrahán que encontramos en el libro del Génesis nos presenta al patriarca dejando su tierra y emprendiendo un largo viaje hacia una tierra prometida por Dios. El salmo recoge expresiones de confianza que muy bien podrían haberle acompañado durante la ruta. La escena evangélica de la transfiguración confirma la vocación de Jesús como Hijo amado de Dios e invita a los discípulos a que lo escuchen y le sigan en el camino hacia la Pascua. Pablo subraya que la fidelidad a esta “vocación santa”, no exenta de dificultades, no es obra nuestra, sino fruto de la gracia que se ha manifestado en Jesucristo. Escuchemos con atención.