Santos Félix III pp, Rosendo ob ab
Albino ob, David ob, Suitbert ob
Liturgia de las Horas: Tomo II – Salterio 1ª semana
DÍA DE HISPANOAMÉRICA
Papa Francisco: En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos introduce en el camino hacia la Pascua, mostrando a Jesús que permanece durante cuarenta; días en el desierto, sometido a las tentaciones del diablo. Justo después del bautismo, en el que el Espíritu de Dios ha descendido sobre Él y el Padre del Cielo lo ha declarado: «Este es mi Hijo amado». Jesús ya está preparado para empezar su misión; y ya que esta tiene un enemigo declarado, es decir Satanás, Él lo afronta enseguida, "cuerpo a cuerpo". El diablo hace presión precisamente en el título de "Hijo de Dios" para alejar a Jesús del cumplimiento de su misión: «Si eres Hijo de Dios...», lo repite, y le propone hacer gestos milagrosos —hacer el "mago"— como trasformar las piedras en pan para saciar su hambre, y tirarse abajo desde el muro del templo y hacerse salvar por los ángeles. A estas dos tentaciones, sigue la tercera: adorarle a él, el diablo, para tener el dominio sobre el mundo. Pero las flechas venenosas del diablo son todas "paradas" por Jesús con el escudo de la Palabra de Dios. Jesús no dice ninguna palabra propia: responde solamente con la Palabra de Dios. Y así el Hijo, lleno de la fuerza del Espíritu Santo, sale victorioso del desierto. Durante los cuarenta días de la Cuaresma, como cristianos estamos invitados a seguir las huellas de Jesús y afrontar el combate espiritual contra el maligno con la fuerza de la Palabra de Dios. No con nuestra palabra, no sirve. La Palabra de Dios: esa tiene la fuerza para derrotar a Satanás. Por esto es necesario familiarizarse con la Biblia. Alguno ha dicho: ¿Qué sucedería si usáramos la Biblia como tratamos nuestro móvil? ¿Si la llevásemos siempre con nosotros, o al menos el pequeño Evangelio de bolsillo?; si volviésemos atrás cuando la olvidamos: tú te olvidas el móvil —¡oh! —, no lo tengo, vuelvo atrás a buscarlo; si la abriéramos varias veces al día; si leyéramos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia como leemos los mensajes del teléfono, ¿qué sucedería? La comparación es paradójica, pero hace reflexionar. De hecho, si tuviéramos la Palabra de Dios siempre en el corazón, ninguna tentación podría alejarnos de Dios y ningún obstáculo podría hacer que nos desviáramos del camino del bien (5-3-2017).
Monición única para todas las lecturas
Nos disponemos ahora, hermanos, a la escucha de la Palabra de Dios que nos ofrece la liturgia de este día. Las tres lecturas de hoy tienen un mensaje bastante unitario: su tono está en la tentación, en la presencia del mal en nuestra existencia y en la lucha que pide para que lleguemos preparados a la Pascua. Con atención escuchemos...